27 de maio de 2011

Las horas inversas



Las palabras son como el fruto prohibido
que en bocas infames
esposan a los iluminados de la clarividencia etérea
a un mensaje siempre escrito en piedra.
Genuino detonante de la ceguera
que se disfraza de credo
para impulsar la cantinela hueca
con la que atrapar en su espiral
al desconsolado desconsuelo.
Son la suave música con la que envolver el gatillo
que espera en la pirotecnia
de las horas inversas
escuchar el viento que empuje el dedo
con los susurros de una melodía de estridencias
de una realidad estridente.

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