Doce mirar, espello da esperanza,
lúa gris como un ave tenra, dame
un anaco de serra -toxo, herdanza
de lama triste- pra esquence-lo arame
de espiño que regula os nosos pasos.
Xosé Luís Méndez Ferrín
Se despierta el dragón dormido
de un sueño placentero de olvidos
y complicidades necesarias.
Se despierta el dragón dormido
aprovechando la flaqueza de una sociedad
embriagada de artificios
en la que nadie se da por enterado,
y los rugidos se multiplican
sin alterar las conciencias sordas
por una comodidad prestada
que anula la libertad
y se entrega derrotada
sin tan siquiera suspirar.
Publicado en Voz Emérita
3 comentarios:
¿Sabes Suso quienes oyen su rugido? Los que ya lo conocen.
Hace sólo un día hablaba de esto mismo con una tía mía de 92 años.
Un buen poema :)
Abrazos
Tienes mucha razón Mamen, pero uno no deja de ver demasiadas semilitudes con otros tiempos no tan lejanos.
Un abrazo.
Me gustó el poema. Eres genial amigo. Un abrazote
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