A causa fui a doce patria verde
por quen aquel qu'e grande a vida perde.
Eduardo Pondal
se detuvieron en un lugar
lleno de ortigas
desconocido por mi.
Un camino confuso
que no perdonó las expectativas creadas
para volverse inexpugnable
a mis deseos perennes,
inalterables,
pero profundamente caducos
al tiempo que no se detiene,
que cobra su peaje sin compasión
y endurece las condiciones.
Las llagas abiertas
permanecen en mis ojos
aunque ya no se vean en la piel,
y el llanto derramado
es parte de ese precio oculto
que nunca saldaré,
y corre a las raíces para ahogarlas.
Publicado en Voz Emérita
2 comentarios:
Maravilloso Suso.
Abrazos.
Gracias por tu aliento Mamen.
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