Doce mirar, espello da esperanza,
lúa gris como un ave tenra, dame
un anaco de serra -toxo, herdanza
de lama triste- pra esquence-lo arame
de espiño que regula os nosos pasos.
Xosé Luís Méndez Ferrín
Se despierta el dragón dormido
de un sueño placentero de olvidos
y complicidades necesarias.
Se despierta el dragón dormido
aprovechando la flaqueza de una sociedad
embriagada de artificios
en la que nadie se da por enterado,
y los rugidos se multiplican
sin alterar las conciencias sordas
por una comodidad prestada
que anula la libertad
y se entrega derrotada
sin tan siquiera suspirar.
Publicado en Voz Emérita