La hojarasca ha cegado las acequias.
José María Cumbreño
No hay memoria si nos empeñamos
en mirarnos la nariz,
si los recuerdos son sólo
nuestros recuerdos.
No hay pasado si nos conformamos
con lo sucedido ayer,
si somos incapaces
de aprender de lo vivido.
No hay entendimiento si nos ahogamos
en nuestras palabras,
si de la sordera
hacemos virtud.
No hay convivencia,
si el mundo comienza y termina en nosotros,
si nos creemos el ombligo
de lo propio y lo ajeno.
Es necesario resistirse a las sombras
que se apoderan sigilosas de la luz
para crear la confusión necesaria
a sus intereses siempre oscuros.
Somos las frágiles hojas de un bosque
al que acecha el fuego.
3 comentarios:
Es cierto esta descripción de la fragilidad que haces. Un abrazo.
Excelente y hermoso poema. Encierra en sí todo un universo filosófico que se resume en un verdad empíricamente innegable. No somos si no damos y recibimos. No dejamos huellas a no ser que sangremos en el camino. Un abrazo.
Gracias Tino por pasarte y dejar tu aliento.
Gracias a Pedro por su interpretación tan llena de matices.
Abrazos.
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